Saludo del Embajador
2024/5/10
El equipo Hankyu Braves le gana al Kintetsu Buffaloes en tres de los playoffs y se honra como el Campeón de la Liga del Pacífico. Ahora el Braves se enfrenta a otro campeón, esta vez de la Liga Central, al Hiroshima Carp, en la Serie de Japón. El Braves se vuelve literalmente bravo. Empata en dos partidos, pero triunfa en cuatro sin perder ni uno, convirtiéndose así en el Campeón del Japón. Esto es lo que sucedió en el escenario beisbolístico japonés del año 1975, cuando yo era todavía un adolescente. Los “Bravos” no se detuvieron allí y ganarían la Serie de Japón de forma consecutiva en los siguientes dos años también.
Uno de los jugadores que más contribuyeron a que el Hankyu Braves disfrutara de una prolongada época dorada fue, indiscutiblemente, el venezolano Roberto Antonio (Bobby) Marcano, quien, habiendo jugado en Los Tiburones de La Guaira, así como en las Ligas Menores de EE. UU., se unió al Hankyu Braves en la temporada de ese año 1975. Que yo recuerde, esto fue mi primer contacto con Venezuela, aunque de forma virtual, porque solo podía ver a Marcano en televisión.
Mi contacto real o presencial con Venezuela fue en julio de 1992, cuando Su Alteza Naruhito, el entonces Príncipe Heredero (hoy Su Majestad, el Emperador del Japón) visitó este país en su gira por España, Venezuela y México. Yo, siendo todavía un joven diplomático, tuve el honor de acompañar a Su Alteza como intérprete. Hoy todavía pueden encontrarse algunas fotos de esta visita en internet, en las que me veo detrás de Su Alteza. Sin lugar a dudas, este viaje que duró dieciocho días en total es uno de los recuerdos más bonitos de mi carrera profesional.
Treinta y dos años después de la visita del entonces Príncipe Heredero del Japón, he regresado a este país, rico en cultura y naturaleza, ahora como Embajador (designado) del Japón en la República Bolivariana de Venezuela. Mi misión aquí es la de fortalecer los lazos de amistad entre Venezuela y Japón y explorar nuevos horizontes de mutuo interés en los que los venezolanos y los japoneses puedan trabajar juntos con miras al futuro, así como la de atender de forma eficiente las necesidades de los japoneses residentes en Venezuela, país que los ha acogido. Quisiera cumplir estas misiones con el apoyo y la colaboración de la comunidad Nikkei y los amigos venezolanos que aman nuestro país y cultura.
Aprecio a Marcano, a pesar de que mi equipo favorito era el Kintetsu Buffaloes y el Hankyu Braves era un equipo rival. Lo aprecio porque él consiguió el afecto de muchos japoneses por su destacado trabajo como jugador y también por su alegría caribeña. Posteriormente, varios extraordinarios jugadores venezolanos han seguido sus pasos. Por eso, creo que Marcano, hace casi medio siglo, ciertamente fue el pionero que tendió un puente entre nuestros dos países. Humildemente, no sé si llegaré a su nivel, pero trabajaré por acercar aún más a Japón y Venezuela, como bien lo hizo Bobby Marcano.
Uno de los jugadores que más contribuyeron a que el Hankyu Braves disfrutara de una prolongada época dorada fue, indiscutiblemente, el venezolano Roberto Antonio (Bobby) Marcano, quien, habiendo jugado en Los Tiburones de La Guaira, así como en las Ligas Menores de EE. UU., se unió al Hankyu Braves en la temporada de ese año 1975. Que yo recuerde, esto fue mi primer contacto con Venezuela, aunque de forma virtual, porque solo podía ver a Marcano en televisión.
Mi contacto real o presencial con Venezuela fue en julio de 1992, cuando Su Alteza Naruhito, el entonces Príncipe Heredero (hoy Su Majestad, el Emperador del Japón) visitó este país en su gira por España, Venezuela y México. Yo, siendo todavía un joven diplomático, tuve el honor de acompañar a Su Alteza como intérprete. Hoy todavía pueden encontrarse algunas fotos de esta visita en internet, en las que me veo detrás de Su Alteza. Sin lugar a dudas, este viaje que duró dieciocho días en total es uno de los recuerdos más bonitos de mi carrera profesional.
Treinta y dos años después de la visita del entonces Príncipe Heredero del Japón, he regresado a este país, rico en cultura y naturaleza, ahora como Embajador (designado) del Japón en la República Bolivariana de Venezuela. Mi misión aquí es la de fortalecer los lazos de amistad entre Venezuela y Japón y explorar nuevos horizontes de mutuo interés en los que los venezolanos y los japoneses puedan trabajar juntos con miras al futuro, así como la de atender de forma eficiente las necesidades de los japoneses residentes en Venezuela, país que los ha acogido. Quisiera cumplir estas misiones con el apoyo y la colaboración de la comunidad Nikkei y los amigos venezolanos que aman nuestro país y cultura.
Aprecio a Marcano, a pesar de que mi equipo favorito era el Kintetsu Buffaloes y el Hankyu Braves era un equipo rival. Lo aprecio porque él consiguió el afecto de muchos japoneses por su destacado trabajo como jugador y también por su alegría caribeña. Posteriormente, varios extraordinarios jugadores venezolanos han seguido sus pasos. Por eso, creo que Marcano, hace casi medio siglo, ciertamente fue el pionero que tendió un puente entre nuestros dos países. Humildemente, no sé si llegaré a su nivel, pero trabajaré por acercar aún más a Japón y Venezuela, como bien lo hizo Bobby Marcano.
SATO Yasushi
Embajador del Japón en Venezuela
Embajador del Japón en Venezuela